En general los mini-mercados de las bocas de expendio de naftas y gasoil permanecen abiertos las 24 horas del día durante todo el año, salvo casos puntuales en pequeñas localidades del interior del país, donde hasta a veces por la noche se suspende el despacho de combustibles.

Las estaciones que son de marca YPF, por ejemplo, están obligadas por contrato a atender al público, a pesar de que puede no ser un nicho que aporte beneficios a la empresa que lo explota.

Ricardo Stella, presidente de la Cámara de Expendedores de Salta, explica que por cuestiones de rentabilidad “hay establecimientos que no tienen atención nocturna”. Se trata de puestos sin bandera o de marca pero ubicados en zonas de poco movimiento en los que asegura que “no vale la pena tener el negocio abierto, gastando luz y contratando más empleados”.

En condiciones normales sostiene que se requieren dos trabajadores: uno para atender la caja, responsable del dinero y del cobro a los clientes; otro encargándose de la limpieza de las mesas, la reposición de productos Y el cuidado de las instalaciones, entre otras cuestiones.

Que el kiosco aporte ingresos al operador, Stella sostiene que “más que nada depende de la ubicación, del tamaño del bar y del flujo el target de la gente que concurre”.

El empresario del norte diferencia entre los establecimientos abocados a cafetería y cigarrillos de los que agregan a su carpeta de productos comidas preparadas de elaboración propia. “En el caso de las estaciones de marca YPF los shops FULL tienen una clientela de gran poder adquisitivo; el valor de lo que se consume es mayor que en otra estación”, plantea.

Para evitar hacerse cargo de la administración, por momentos engorrosa y compleja debido a la necesidad de llevar un inventario permanente para prevenir robos de consumidores y del propio personal, Stella señala que hay expendedores que optan por darlo en alquiler dejando que un inversor lo explote.