No es frecuente pero en muchos comercios se observa que los operarios de playa utilizan guantes preparados para resistir a los derivados de los hidrocarburos. Es una política de los operadores independientes y petroleras por cuestiones de prevención, a sabiendas que el contacto directo con nafta o gasoil daña la piel.

Sobre este punto, el Ing. Héctor Bustos, Gerente General de la firma HSE SA explica que “la ley de higiene y seguridad lo que pretende es que primero se adecúen todos los sistemas de protección y después se incorporen elementos al personal”.

En su opinión lo primero es “administrar los medios para que no se contamine” o afecte al empleado, considerando sus consecuencias sobre la libertad de maniobra. Pero de no conseguir este objetivo como última opción recomienda adoptar la política de utilización de guantes.

“Se pierde contacto con las herramientas de trabajo. Pierde adherencia a la mano y es posible que se resbale algo; genera mayor riesgo porque pierde tacto”, sostuvo el especialista.

La normativa deja abierta la posibilidad a la interpretación respecto de la obligación de utilizar guantes, aunque aclara la exigencia de proteger la salud de los trabajadores. En tanto, sobre este caso particular, hay un debate abierto con opiniones encontradas.

Lo que está claro es que la carga de combustible incide sobre el cuerpo humano, ya sea a través de la inhalación de gases en la cercanía al surtidor o del contacto directo con el combustible. De hecho, los gremios del rubro están realizando estudios con pruebas técnicas y muestreos para corroborar con profesionales del área el tema.

En este contexto, Bustos menciona que “es viable que haya algún reclamo” por parte de un operario ante la ART, pero entiende que “es difícil de probar” las causas. “Hay muchos entornos, cuestiones para analizar”, plantea ante la consulta de surtidores.com.ar.

En concreto, la adopción de esta medida afirma que “va a depender de la persona de higiene y seguridad que atiende” la estación de servicio.