De a poco las conversiones de vehículos a GNC vuelven a retomar el ritmo de los tiempos dorados. El año pasado fueron 93.468 los autos que mutaron al gas, y si bien la cifra está aun muy lejos de los más de 200.000 que se traspasaban en 2014, desde el sector confían en su recuperación.

Hugo Lamy, Presidente de la Cámara Argentina de Equipos Completos (CAPEC), se mostró conforme con el repunte de la actividad. “Las instalaciones están aumentando sostenidamente, aunque de una manera racional”, reconoció a surtidores.com.ar.

“Las dudas de los consumidores se han disipado, el precio sigue siendo muy conveniente y el horizonte resulta muy previsible”, afirmó el directivo, al tiempo que expresó sin dudar que “los combustibles líquidos seguirán subiendo”, estirando la brecha que los separan del gas.

Esta mejora sin embargo, no se advierte aun en las Estaciones de Servicio. En 2017 la demanda tuvo un desempeño interanual negativo del 9 por ciento a pesar de la conveniencia económica que ofrece el GNC.

Al respecto Lamy explica que la razón está fundada en el desempeño de los nuevos motores. “Ya no se convierten los viejos Falcon que gastaban una enormidad, ahora los que concurren a los talleres son autos modernos, que son mucho más eficientes y lo mismo sucede con los equipos”, señaló.

Esta situación también se replica en el resto del mundo donde en varios puntos del globo se está llevando adelante un plan de fomento de la movilidad con el objetivo de potenciar la utilización del gas natural como la mejor alternativa sostenible frente a los combustibles fósiles derivados del petróleo.

En este sentido, el empresario adelantó que terminales automotrices como Iveco o Fiat están trayendo a nuestro país vehículos dotados de GNC de fábrica. ¿Qué sucede con las empresas argentinas? lo consultó surtidores. “Es posible, siempre estamos en conversaciones”, concluyó.