Hace cuatro meses atrás, Surtidores informaba que desde mayo a diciembre de 2017, dejaron de operar 52 Estaciones de Servicio, cifra que representaba un cierre cada cuatro días.
Sin embargo desde el último relevamiento hasta la fecha la tendencia comenzó a revertirse. Según dio a conocer el Ministerio de Energía de la Nación, se inauguraron 8 nuevos emprendimientos: 5 despachan naftas y gasoil exclusivamente, 1 solo GNC y el resto, ambos combustibles.
Dos son los parámetros que permiten aventurar las razones por las cuales se sigue arriesgando por el sector a pesar del escenario de crisis que atraviesa a causa de la baja rentabilidad: el crecimiento del parque automotor y la consecuente evolución de la demanda de hidrocarburos, que mes a mes bate récords de consumo.
Luis Navas, asesor legal de la Asociación Estaciones de Servicio (AES) y experimentado conocedor de la actividad opina al respecto que “hay muchos empresarios que apuestan a abrir otras bocas porque conocen el negocio y tienen expectativas que mejorará en el corto plazo”.
Su argumento es diferente al de muchos expendedores que reniegan del rubro. Sostiene que “es un negocio interesante para todo aquel operador que tiene experiencia”. Sin embargo advierte que “es más complejo para quien recién llega”.
En cuanto a la modalidad de la boca, Navas se inclina por la del tipo dual, que expenden todos los productos existentes en el mercado. “Desde hace años que venimos analizando este tipo de segmento y es el que ofrece mayor sustentabilidad en el tiempo”, afirma.
El especialista finalmente arriesgó un pronóstico sobre el porvenir del sector comercializador minorista: “Lo imagino amesetado en el corto plazo y con crecimiento en el mediano y largo plazo porque han ingresado nuevas marcas con trayectoria internacional que harán más competitivo al mercado”.