En la localidad de Resistencia, Chaco, se llevó a cabo un simulacro de robo a una estación de servicio. Intervino la Comisaría Cuarta de la capital chaqueña, la firma PYP SRL y Parino Group. El operativo estuvo enmarcado en un protocolo de seguridad que tiene como finalidad instruir y capacitar en este caso los trabajadores de la estación de servicio para saber cómo actuar en caso de sufrir un asalto.

El dispositivo de seguridad estuvo a cargo del Comisario Inspector, Ricardo Vicente González, Jefe de la Comisaría Cuarta ubicada en Avenida Marconi N° 1585, que procedió junto a los efectivos a dar instrucciones precisas de cómo manejarse ante una situación de riesgo.

Acompañaron, el propietario de la expendedora de combustible y la firma Parino Group. Para el despliegue, debieron interrumpir el tránsito en la zona por un lapso de pocos minutos. Finalizado el simulacro, las autoridades destacaron lo exitoso del operativo que sirve para concientizar y capacitarse, ante las situaciones delictivas a la que la sociedad está expuesta.

La situación del hecho y manera de actuar

El simulacro se desarrolló en un mismo escenario, pero con dos desenlaces distintos. Uno de ellos (el que la policía no recomienda) es el de intentar evitar y/o defenderse de un hecho de inseguridad, poniendo en riesgo la vida de personas inocentes.

Las imágenes muestran que en un día cualquiera, en una noche tranquila de trabajo, el guardia de seguridad de la Estación de Servicio, que no porta armas de fuego observa la actitud sospechosa de dos sujetos en motocicleta, que en un primer momento cargan combustible en el lugar y posteriormente vuelven a circular por el lugar dos veces más. Esto origina que éste alerte a través de un llamado telefónico a la Comisaría.

Rápidamente, uno de los sospechosos ingresa al sector de ventas y reduce a los dos operarios, mientras que el otro delincuente permanece en el sector de playa a bordo de la motocicleta. Con el botín en mano, el delincuente armado, sale del lugar y en momentos en que huyen del lugar son interceptados por el móvil policial, que rápidamente los detiene y recupera el dinero robado momentos antes.

El segundo desenlace, el más desafortunado, ocurre cuando uno de los guardias intenta detener al delincuente que tiene el botín y este le dispara y hiere de muerte. Tras cometer el hecho sale del lugar y al abordar la motocicleta para emprender la huida, es interceptado por la fuerza policial que acudió al llamado de emergencia, realizado por el guardia de seguridad.