El experimentado Tributartista, Oscar Cetrángolo, junto al Economista Juan Carlos Gómez Sabaini, reconocieron el carácter distorsivo del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, que hoy en día está siendo seriamente cuestionado por los dirigentes Pymes de Estaciones de Servicio.

En el marco de la última reunión de la recientemente creada Comisión Bicameral para la Reforma Tributaria, presidida por el Diputado del PRO Luciano Laspina y el Senador del PJ, Juan Manuel Abal Medina; Cetrángolo y Sabaini, expusieron sobre la necesidad de reformar, mantener o suprimir, ciertos tributos, siempre dentro del espacio de una reforma integral, adaptada a los nuevos tiempos económicos de la Argentina y el mundo.

Bajo la mirada atenta de tres funcionarios del Ministerio de Finanzas que participaron del encuentro, como el secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, el subsecretario de Desarrollo, Guillermo Cruces y el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein, los expositores desarrollaron entre otros temas la prioridad de replantearse profundamente el sentido del conocido “Impuesto al Cheque”.

Fue así que Cetrángolo en coincidencia con su colega, alertó que “el candidato número uno para desaparecer en un sistema tributario ideal es el impuesto al crédito y débito bancario”.

Expresó tal cual lo demuestra el documento taquigráfico, que “es un impuesto que castiga al que cumple y beneficia al evasor; es el peor impuesto que uno se pueda imaginar y en general se cobra en períodos de emergencia”.

Si bien  actualmente recauda 1,7 por ciento del producto interno bruto y es muy difícil que la situación fiscal sea propicia para resignar esos recursos, los especialistas que estaban siendo escuchados también por distintos legisladores de todos los bloques de ambas cámaras, opinaron que en una reforma de mediano plazo “sin duda ese impuesto no debiera existir, con el agravante que vence en diciembre, con lo cual ustedes van a tener que discutir en algún momento qué se hace con eso”, en referencia a los funcionarios, senadores y diputados.

Por otra parte, en relación al polémico Ingresos Brutos, el Economista Gómez Sabaini comentó que “desde el punto vista teórico es un mal impuesto y nadie lo apoya, sino que por el contrario, estos tributos se aplican justamente en la época de guerra porque producen mucha recaudación con una baja tasa, pero nosotros ya no estamos más en guerra ni el mundo lo está”.

No obstante admitió que resulta difícil salir de una situación donde a nivel de gobierno federal las cargas en materia de consumo están distribuidas. “A lo largo de la última década, tanto a nivel provincial como nacional, ha ido aumentando la participación de impuestos que en general son considerados peores que el resto”, lamentó.

Los presentes debatieron en ese aspecto sobre una especie de “ilusión monetaria en la discusión mediática de la Argentina”, por la cual el Ingreso Bruto se transforma en un gravamen escondido y encubierto. “Hoy tenemos casi 6 puntos del PBI correspondientes a dos impuestos que en el resto del mundo se han abandonado hace más o menos tres décadas por ser perjudiciales”, dijeron finalmente.

A su turno, el Secretario de Política Económica Galiani confió que “los impuestos generan distorsiones y es preciso reformar el sistema para minimizarlas, para fomentar la inversión y el crecimiento, mirar la equidad del conjunto de lo que hacemos, dado que ese gasto lo vamos a poder financiar en la medida en que nuestro sistema tributario nos permita tener un producto más alto”.