“Los combustibles subirán entre 6 y 7 por ciento, calculo que antes del final de la semana“, disparó días atrás un ex dirigente sectorial. Sus declaraciones se replicaron en diferentes medios dando por sentado un aumento que hasta el momento no se concretó.
Justificaba la medida en el incremento del crudo (ayer el Brent cotizó a 69,02 dólares, su mayor nivel en más de 3 años) y en la devaluación del peso, dos de las tres principales variables que impactan sobre el precio de las naftas y el gasoil.
Sin embargo, las empresas petroleras descartaron un ajuste, aunque expresaron que mantienen el seguimiento de la evolución de los factores que componen sus costos de producción, pero que hasta el momento “no hay novedades de aumentos inmediatos“.
“Vamos a seguir monitoreando la evolución del precio del crudo y cómo se comporta la cotización de dólar que son los que vienen registrando los mayores movimientos“, explicaron desde una de esas empresas.
La misma fuente aclaró que se tomará una decisión al respecto cuando se observe “una estabilización de esos componentes y evitar tener que cambiar las pizarras de las estaciones ante cada oscilación de precios de las distintas variables”.
Sin embargo desde una de las compañías más importantes confiaron a surtidores.com.ar que una de las razones de mayor peso para no alterar al menos por ahora los valores en el surtidor, es su impacto en la demanda. “Estamos vendiendo muy bien y queremos preservar esta situación”, afirmaron.
En ese sentido, explicaron que hay “un monitoreo permanente del mercado”, y que por ahora la ecuación arroja como resultado “no innovar”. “Hay mucha competencia y tomar una decisión de esta índole puede provocar una migración de clientes que cuesta mucho recuperar”, se sinceraron. No obstante reconocieron que la posibilidad de una suba está latente.