Un estudio realizado por la Confederación Argentina del Comercio de los Hidrocarburos (CECHA), chequeado con las distintas banderas que operan en la plaza, revela que en Argentina existen 4423 bocas de expendio, sumando las de naftas, gasoil y GNC.

Si algo caracteriza al sector es su impronta federal, por su presencia en la extensa distribución geográfica que presenta el territorio nacional. Todas las localidades cuentan con puntos de expendio, salvo excepciones de pequeños de poblados del interior.

Alberto Boz, presidente de la Federación Santafesina de Expendedores de Nafta (FAENI) explica que siempre las bocas de expendio entregaron más litros de diésel que de naftas, por los clientes del agro, de la industria y del transporte de pasajeros y de carga.

Sin embargo, este mix de productos que comercializan los operadores cambió en el mes de agosto y el empresario encuentra los motivos: “esto quiere decir que está saliendo gran cantidad de diésel por canales mayoristas”.

Las grandes destilerías y distribuidores están jugando fuerte en las zonas agrícolas e industriales, ofertando precios más que bajos que en las estaciones. “La situación es muy delicada; estamos perdiendo litros en manos de las petroleras y mayoristas”, cuestiona.

Esta tendencia que se viene acrecentando desde hace años advierte que “ubica a más estaciones al borde del cierre”, por la pérdida de rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas del interior que históricamente trabajaron con este segmento.

“A todas luces es una competencia desleal; tienen beneficios fiscales y no cumplen con normas de seguridad e higiene que si tenemos que respetar las estaciones; esto impacta muy fuerte en nuestros costos”, sostuvo el dirigente ante la consulta de surtidores.com.ar.

Y alerta que el consumidor puede no estar comprando producto de calidad. “Hoy el mercado se presta a todo tipo de maniobras”, señala. “Sobre todo por el ingreso de volumen importado y por la ausencia de controles de parte del Estado”, apunta el empresario.