Con la caducidad del “Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina”, el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, liberó los precios de los combustibles definitivamente desde el 1º de enero.
De este modo, por primera vez en 16 años volvieron a regir las variables de mercado. Es decir que tras la decisión del Gobierno de abandonar las regulaciones que operaban sobre el valor de los hidrocarburos, estos ahora deben fluctuar autónomamente sin injerencias.
Además, eliminó el registro de importación de petróleo y derivados, otorgando la posibilidad de comprar crudo en el mercado internacional e, incluso, los distintos tipos de combustibles, de acuerdo con las conveniencias de costos y comerciales.
Sin embargo, en nuestro país ocurre una situación particular que altera las reglas: YPF tiene una posición preponderante en el sector de combustibles líquidos. Al respecto, el ex Subsecretario de Combustibles de la Nación, Cristian Folgar, opina que no podría decirse que el mercado este “regulado” por YPF pero lógicamente esta “orientado” por lo que haga esa petrolera.
El ex funcionario explica que la compañía estatal representa el 55 por ciento del global de naftas y gasoils, aunque en algunos lugares del país ese índice es aún mayor (compensado con estos lugares mas densamente poblados donde el porcentaje de participación baja).
Al presente, las empresas que dominan la oferta nacional son además de YPF, Shell con el 21 por ciento del share; Axion con 12; Pampa (ex Petrobras), en proceso de venta a Trafigura, con 6; Oil, con 4 por ciento, y el resto se reparte entre compañías menores.