Relevamiento oficial
Comenzó el año sin inconvenientes. Las estaciones de servicio de la Costa Atlántica y el resto de los puntos turísticos cuentan con los refuerzos de volumen necesarios acordes a la gran demanda. ¿Cómo continuará a lo largo del año? Buen pronóstico, en un contexto de caída del costo de las importaciones y de inversiones en las refinerías.
Pablo Taboada, responsable legal de la cartera energética en lo que respecta a cuestiones de suministro, empezó 2015 más tranquilo de lo que estaba acostumbrado años atrás: “Durante estos primeros días de enero no tuvimos complicaciones; hay combustible en todo el país, tanto en los puntos turísticos como en el resto de las rutas y localidades”.
Más allá de lo que releva la Secretaría a través de inspecciones propias, Taboada considera que el mismo mercado reafirma este panorama: “este año no tuvimos denuncias por parte de las estaciones de servicio. De todas maneras, como decimos siempre, el operador que tenga algún problema le pedimos que se comunique para intimar a las petroleras a que refuercen las entregas”.
¿Cómo se presentan los próximos meses? En general, en el sector hay optimismo, por varios factores: la oferta viene creciendo gracias a las ampliaciones que anunciaron las principales destilerías que operan en la plaza. Todas, en mayor o menor medida, están planificando obras para incrementar la producción de naftas y gasoil: Shell entre un 10 y 15 por ciento; AXION en aproximadamente un 50 por ciento, destinando 1.200 millones de dólares; YPF avanza por el mismo camino y Oil Combustibles encargó estudios y evalúa destinar 250 millones de dólares a la planta de San Lorenzo.
La demanda también se supone que va a contribuir en que haya calma en los surtidores: 2015 es un año electoral, la economía local se mantiene en una meseta y no se esperan mejoras sustanciales hasta después de diciembre; Europa pelea para salir de una recesión y cada vez cierra más las fronteras; China redujo las compras a Latinoamérica debido a que bajó varios cambios a su ritmo de crecimiento; al tiempo que Brasil, principal socio comercial, resiste a los embates externos.
Se agrega otro factor, no menos trascendente: el crudo cayó por debajo de los 60 dólares, incluso cruzó la barrera psicológica de los 50, que si bien abarata las importaciones de combustibles – en naftas, representan apenas un 10 por ciento de lo que se consume; en gasoil, un 25 por ciento – y hacen rentables las operaciones con el extranjero, complica los planes en Vaca Muerta. Muchos de los proyectos en el yacimiento comienzan a ser rentables por encima de los 100 dólares el barril.
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