Ante la ola de asaltos
Brindaron una charla en Tucumán para aconsejar a los trabajadores sobre la forma en que deben reaccionar. Como primera medida, plantearon comunicarse con el 911 ante cualquier situación sospechosa que se pueda presentar. Compromiso para reforzar los patrullajes.
La Cámara de Comerciantes de Derivados de Petróleo, Gas y Afines (CAPEGA) gestionó con las fuerzas de seguridad de la provincia para capacitar a los playeros y operarios de mini-mercado en lo que respecta a prevención ante situaciones de riesgo por asaltos. Se concretó el martes, con gran concurrencia, lo que demuestra la preocupación existente sobre esta problemática social.
Gonzalo Rodríguez, presidente de CAPEGA, menciona que los agentes plantearon la necesidad de prestar atención a cada uno de los movimientos de los visitantes: “si alguna persona se moviliza en moto, o está parada en la cercanía a la estación y no es del lugar, lo primero que aconsejaron es que no duden en llamar al 911 y ahí dar todos los datos sobre el caso”.
“Estamos preocupados por la ola de asaltos que venimos sufriendo”, lamenta el expendedor. Al igual que en el resto del país, los robos son cada vez más frecuentes y Tucumán no es la excepción. De hecho, el dirigente asegura que la jornada de formación se desarrolló días después de que un ladrón se hiciera de la recaudación de una empresa mientras sus encargados se dirigían al banco.
Tomando nota del caso, la policía de la provincia se comprometió en utilizar como puntos de descanso a las bocas de expendio y así ahuyentar a los malhechores. Es una colaboración mutua, ya que los móviles no sólo que tendrán acceso directo al combustible, sino también a servicios básicos, como baños, Wi-fi, alimentos y bebidas. “La idea es que usen a las estaciones como punto de base”, explica Rodríguez.
Mientras tanto, los estacioneros analizan otras medidas que apuntan a combatir el delito, como la adquisición de cámaras de vigilancia, obligar a los playeros a guardar el efectivo luego de realizar algunas pocas ventas; alquilando buzones con claves, herméticos e inaccesibles para el personal y contratando a empresas de transporte de caudales, entre otras.
Todo es bienvenido para este rubro que no ofrece resistencia de ningún tipo: el ingreso a un puesto de expendio es abierto a todo tipo de público. No hay puertas que los separe de la calle y, en consecuencia, de los asaltantes.
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