El secretario general del sindicato petrolero de Neuquén, Guillermo Pereyra, mantiene desde hace unos días, el diálogo con el ministro de Energía Juan José Aranguren, operadoras petroleras y empresas del sector para revisar la modificación a los convenios colectivos, que se había decidido aplicar a las inversiones no convencionales que se firmaron en enero del 2017.
Los dirigentes gremiales que fueron consultados por surtidores.com.ar, advirtieron que se encuentran en “estado de alerta” debido a las suspensiones y los incumplimientos por parte de las petroleras en algunos puntos que se habían acordado mutuamente.
Los sindicalistas denunciaron que hay una negativa de pago de adicionales a los trabajadores, luego de la eliminación de las denominadas “horas taxi”, que cubrían el traslado de los empleados a los yacimientos.
En este punto, ante la resistencia de los gremios, las empresas se vieron obligadas a pagar a sus empleados abonos compensatorios que no estaba contemplado en el acuerdo y eso representó el pago de hasta $2500 diarios.
Pero de acuerdo a fuentes de las refinerías, las empresas quieren dejar sin efecto el pago de esos adicionales y para ello contarían con el apoyo del Gobierno Nacional, hecho que generó la ira de los delegados de los pozos, que ya evalúan medidas de fuerza, debido a que aún tampoco se solucionaron las suspensiones y algunos despidos del último semestre.
“Hay algunas empresas que empezaron a otorgar beneficios fuera del ámbito de las paritarias y esto está generando desigualdad porque se genera fuera de las negociaciones nacionales. Esto lo vamos a emparejar hacia arriba”, manifestó Pereyra a los medios locales.
Como se recordará, la adenda petrolera fue presentada por el presidente Mauricio Macri como un paso estratégico para reducir los costos laborales en la industria de Oil & Gas y de esa manera viabilizar el desarrollo de Vaca Muerta.
Pero la realidad es que las operadoras YPF, Pan American Energy (PAE), Total, Wintershall, Pampa Energía, Chevron, Tecpetrol, Shell y ExxonMobil- y las empresas de servicio como Schlumberger, Halliburton, Baker, Weatherford y Calfrac- nunca pudieron terminar de implementar el acuerdo en su totalidad por la resistencia de los gremios.
En algunas empresas, incluso, accedieron a pagar adicionales compensatorios -bonos por productividad- a los trabajadores para enmendar la eliminación de las “horas taxi”, uno de los recortes más significativos previstos en la actualización.