Roberto Basualdo, integrante de la Comisión de Seguridad Interior
En el Senado de la Nación, se reabrió el debate por la manera de controlar los delitos cometidos utilizando motocicletas, luego de que el Senador Miguel Pichetto presentase esta semana un Proyecto para prohibir que viaje más de una persona en moto.
La decisión del Poder Ejecutivo que aún debe ser transformada en ley en cada provincia y municipio que obliga a las Estaciones de Servicio a no cargar nafta a quienes no cuenten con la identificación del número de patente en los cascos del conductor y del acompañante y el uso de chaleco reflectante sólo para el acompañante, se demora en su aplicación.
Al tener en cuenta que los motochorros actúan de a dos, ahora el Senador del FPV, Miguel Pichetto propuso “prohibir que los motociclistas viajen con acompañante” y por ende, implicará que los estacioneros y los empleados del sector, vuelvan a exponerse para “colaborar” a que se cumpla la medida.
Al respecto, el Senador Sanjuanino Roberto Basualdo, integrante de la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico, dijo a surtidores que los principales “clientes” de los motochorros son las Estaciones de Servicio, ya que “se convierten en presas perfectas para hacerse de efectivo contante y sonante y poder escapar rápidamente”.
En ese sentido habría que analizar si el proyecto de Ley que pretende impulsar el Jefe del Bloque peronista del Senado Nacional, aportaría soluciones nuevas a las que pretende lograr el Decreto 171/2017.
La iniciativa del influyente legislador justicialista, fue cuestionada en la reunión de comisión llevada a cabo esta semana. El principal obstáculo a la practicidad de esta posible ley, lo detalló Basualdo al considerar que “en los pueblos más chicos del interior de las provincias no existen los motochorros porque se conocen todos, las familias suelen moverse en moto y resulta sumamente impracticable”.
Lamentó la situación de que en las grandes urbes es un verdadero “flagelo para las Estaciones de Servicio” y confesó que por ejemplo, en San Juan Capital de donde es oriundo el legislador, las pequeñas expendedoras deben afrontar un enorme gasto extra para contratar personal de seguridad privada porque los patrullajes no dan abasto.
Sobre el peligro que puede acarrear para los trabajadores de las bocas de expendio el hecho de negarse a cargarles combustible a los motociclistas que no cumplan con las exigencias de la ley, estimó que “es una colaboración ciudadana”, pero sin perjuicio de ello, admitió que “quien quiera delinquir lo hace de todas maneras y un playero no puede impedirlo”.
Alegó que es como negarse a cargar combustible a un auto sin patente o sin la oblea habilitante, pero reconoció que es poca la influencia del accionar del empleado para evitarlo.
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