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Los especialistas aseguran que por el momento no hay cambios en la relación comercial pero consideran que por la propia dinámica de la industria en el futuro habrá modificaciones sustanciales. Los puntos a tener en cuenta.
En la década del 90 se bajó de 10 a 5 años el plazo de contratos entre bocas de expendio y sus proveedores de bandera. En ese momento, se pensó que era conveniente, dadas las condiciones que presentaba el negocio. Sin embargo, años más tarde terminó perjudicando a los operadores, por la resistencia que encontraron para renovar los contratos de abastecimiento.
En ese contexto, y con el poder de lobby que gozan las refinerías frente a las Pymes, fueron extendiendo las exigencias a cargo de los estacioneros, al punto de violar legislación vigente. Así lo advierte Luis Navas, experto en derecho energético, en contacto con surtidores.com.ar.
“Se fueron imponiendo cláusulas sobre medio ambiente que hacen responsable al expendedor, cuando la Resolución 1102 establece claramente que todas las empresas petroleras que funcionan bajo el marco legal de consignación son responsables directa de la contaminación”, puso como ejemplo Navas.
En este caso, involucra directamente a YPF, única firma con este régimen en vigencia. Pero el resto de las firmas, apunta Navas, también esquivan su co-responsabilidad de la remediación de los terrenos afectados por el despacho de combustible. “Deberían hacerse cargo del cargo del 50 por ciento”, precisa.
No obstante, planteando una mirada para el largo plazo, el experto analiza que las condiciones deberían relajarse como consecuencia del escenario de competencia que se observa por ganar participación de mercado: “se tiene que tender a una flexibilización de los contratos porque el mercado lo va a orientar en esta dirección”.
Ahora bien, para que esto ocurra, el especialista señala que “el Gobierno tendría que intervenir” en la relación de fuerza, así como las cámaras empresarias que representan a las estaciones de servicio ubicar el tema en la agenda con mayor vehemencia y convicción. “Hay que negociar cláusulas a favor del expendedor”, insiste.
Actualmente, si bien “las petroleras están en la búsqueda de las bocas que más les interesan, en la mayoría de los casos la inversión del cambio de imagen queda a cargo del dueño del local”.
Como propuesta, los tres aspectos centrales en que el operador debería tener participación de la discusión, para Navas, son: “la determinación de los plazos del contrato; el porcentaje de las bonificaciones; e incorporar una cláusula que establezca un parámetro de inicio sobre el porcentaje de las bonificaciones que permita en el futuro aplicar actualizaciones”.
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