Presentación en el Congreso
Así se pronunciaron ante Diputados Nacionales de la Comisión de Energía y Combustibles que preside Julio De Vido. ¿A qué porcentaje están mezclando las petroleras? Una industria que reclama apoyo del Estado para poder crecer en el futuro.
La semana pasada, directivos de todas las cámaras empresarias que representan a los industriales del biodiesel y el bioetanol se congregaron en Capital Federal para explicarle a los legisladores sobre el estado del mercado. En concreto, fueron a pedir apoyo, a través de proyectos de ley.
Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, especificó que este año las refinerías utilizarán biodiesel para cortar con gasoil en apenas un 8 por ciento, incumpliendo con la normativa vigente. Incluso sin sufrir sanciones por parte de la autoridad de aplicación.
Sobre las posibilidades operativas, Molina aseguró que “la industria podría tranquilamente mañana operar al 12 por ciento”, siempre y cuando el Ministerio de Energía y Minería que dirige Juan José Aranguren así lo determinase.
Y este no es el único nicho que observa con perspectivas: planteó la importancia de “rápidamente trabajar para funcionar al 20 por ciento en flotas de ómnibus”, además de aprovechar el biocombustible para generación eléctrica.
Hubo numerosos proyectos para impulsar estas medidas pero nunca prosperaron. En general, hay resistencia de las terminales (ADEFA) y de las propias petroleras, que ven amenazado su negocio y se verían obligadas a realizar modificaciones en las destilerías.
Y en el caso eléctrico, de los generadores, que arguyen problemas con las garantías de las máquinas utilizadas en las centrales de ciclo combinado.
Para una virtuosa expansión en la plaza, Molina aclaró a los diputados que “si uno no establece obligaciones de uso, como hacen los países en el mundo, justificadas desde el punto de vista ambiental, es imposible hacer cualquier desarrollo de esta materia”.
Por gestiones de cancillería y mejoras de la calidad, parte de la producción se está logrando colocar en nuevos países – por parte de las grandes aceiteras -, entre ellos, Estados Unidos: “se exportarán 1.400.000 toneladas que era impensable”.
Inversiones
Molina destacó que “la industria puede reaccionar”, en base a las “posibilidades de inversión enormes, en el corto y mediano plazo”. Pero relativizó este crecimiento en función de “cómo se instrumente la legislación”.
Y solicitó apuntar en esta dirección, no sólo por motivos económicos y por la promesa de generación de empleo, sino por la necesidad de cuidar el medio ambiente: “es fundamental trabajar con los compromisos que asumió argentina con la COP21 de París, que es importante en la mitigación de emisión de gases de efecto invernadero”.
De la audiencia participaron Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno; Víctor Castro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO); Leonardo Nicolini, Vicepresidente de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB); Eduardo Nougues, Secretario de la Cámara de Alcoholes; y Patrick Adam, Director Ejecutivo de la Cámara Empresaria de Bioetanol de Maíz (BIOMAIZ).
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