Resistencia de las empresas
Los resquemores de las compañías petroleras y de algunos fabricantes de automóviles, sumados a la efervescencia política preelectoral y la crisis recaudatoria fiscal, contribuyen para que el Estado no tome la decisión de incrementar el porcentaje de combustible vegetal en los hidrocarburos
Si bien la Ley contempla un gradual incremento de la mezcla de origen vegetal en los productos derivados del petróleo que se utilizan para alimentar los motores a combustión, la voluntad política para cumplir con estas metas, no se hizo efectiva en estos últimos tiempos.
Ya a fines del año pasado, se supo que este sector clave de la cadena sojera permanece al margen de los beneficios que el Gobierno está implementando para energías renovables. Además, productores Pyme reclamaron en numerosas ocasiones que el nivel de corte suba 2 puntos, como ya sucede con el bioetanol, un derivado de la caña de azúcar.
Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, afirmó que en los últimos meses, el corte se está cumpliendo en el sector del transporte. “Sin embargo, las compañías petroleras y las automotrices ponen muchas trabas, sobredimensionando los problemas técnicos que pueden generarse con un aumento del contenido de biodiesel en el gasoil, fundamentalmente en invierno”, advirtió.
Molina explicó que el 12 por ciento se debió implementar el año pasado y ello no ocurrió. “Técnicamente, acomodando las cuestiones logísticas de las petroleras, hay capacidad instalada de sobra para atender inmediatamente el respectivo aumento de la demanda que se produciría. Pero lo que falta es una decisión política”, señala.
Para el especialista, “puede implementarse hoy mismo con un 20 por ciento para el gasoil común que utilizan los camiones y colectivos de gran porte, como así también los vehículos del agro”. En ese sentido, alertó que tanto la compañía Mercedes Benz, como Scania, tienen homologados sus motores de fábrica con esta posibilidad, pero la negativa de las compañías, choca con el desarrollo de este importante nicho económico y de cuidado del medio ambiente.
A todos estos factores, también le juega en contra el temor del gobierno por el “impacto fiscal” que pueda acarrear una disminución en el expendio de hidrocarburos, sin tener en cuenta que “somos unos de los países principales productores de biodiesel del mundo”, aseveró Molina.
El directivo dijo que solamente hay proyectos no desarrollados de aplicación en flotas cautivas de transporte público o flete, pero no se plasma en una acción concreta del gobierno para hacer realidad la intención que figura en las normas.
Lo cierto es que las gestiones del área medioambiental y de agroindustria del Poder Ejecutivo, chocan con el desinterés del Ministerio de Energía y Minería, ya que de no agilizarse el trabajo, no se podrá cumplir con el objetivo oficial para que la nafta se mezcle con un 25 por ciento de bioetanol que hoy está en el 12 y para que las grandes maquinarias agrícolas utilicen el 100 por ciento de biodiesel.
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