Actualmente la nafta Premium es un 16 por ciento más cara que la súper. Una situación similar ocurre con el gasoil aunque en este caso la brecha se extiende medio punto más.
La diferencia de precios entre ambas calidades fue extendiéndose con el paso de los años aunque se profundizó a partir de la desregulación del mercado en octubre de 2017. Por ejemplo, si partimos desde 2005, el índice rondó los 13 puntos porcentuales pero se disparó cuando el gobierno dispuso dejar de intervenir en la conformación del valor en el surtidor.
El los países de la región la situación es distinta. En Uruguay la disparidad entre los diesel es del 37 por ciento mientras que en las naftas es solo del 3.7 por ciento. En Brasil, el escenario es similar. En España, en tanto, la gasolina 98 octanos es 12 por ciento más costosa que la regular y el gasoil mejorado vale 8.5 por ciento más que el de menor calidad.
CUESTIÓN DE DEMANDA
Según los especialistas, la diferencia tiene su origen en una cuestión comercial. Es que el avance de las nuevas tecnologías motrices provocó que los automovilistas se inclinen cada vez más por los combustibles premium, más caros que los habituales, en detrimento de las versiones.
En ese sentido, informes oficiales dan cuenta que estos productos incrementan cada vez más su participación en el mercado total, al punto que 1 de cada 3 litros que salen de los surtidores es de estas características.
El market share de este segmento es dominado ampliamente por YPF con un 63 por ciento de las ventas, en tanto que el segundo puesto le corresponde a Shell con el 21,6 mientras que AXION completa el podio con el 10.