Casi la mitad del valor en el surtidor
El 40 por ciento del precio final de los combustibles en nuestro país está gravado por impuestos. ¿Qué sucede en el resto de las naciones del continente? ¿Qué otros componentes influyen en el valor del surtidor?
En precios de los combustibles, Argentina ocupa el segundo lugar entre los países más caros del continente. Una de las principales razones que explican este incómodo posicionamiento está relacionada con el alto componente impositivo que grava a las naftas y el gasoil.
Actualmente el 38 por ciento del valor en el surtidor son impuestos. Desagregando ese índice, se puede establecer que el 59 por ciento corresponde al Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC); el 31 se lo lleva el IVA, el 6, los Ingresos Brutos y el 4 restante la Tasa Hídrica.
Esta condición hace que Argentina junto con Brasil y Chile, que ostentan el 47 por ciento, sean los de mayor carga impositiva en naftas de la región. En gasoil, en tanto, el peso de los impuestos se eleva al 35 por ciento.
Uno de los países más baratos es Estados Unidos, donde el litro de nafta cotiza a 12.20 pesos argentinos. Aquí, pero en sentido inverso, la incidencia de los gravámenes de tan solo el 11 y 12 por ciento, provoca que los americanos sean uno de los más beneficiados del continente a la hora de llenar el tanque.
Argentina difícilmente alcance esa jerarquía pero tras anunciar la liberación de los precios de los combustibles, el objetivo del Gobierno es reducir el impacto de los impuestos. Tras esa premisa el Ministro de Energía trabaja en un bosquejo para que el ITC sea variable y actúe como amortiguador de las fluctuaciones del crudo, uno de los tres componentes, junto al dólar y el valor del biocombustible, que influyen en el precio final.
Este último, a diferencia del resto, está regulado por el Estado que fija precio, cuota y porcentaje de corte. Muestra de ello es la reciente decisión de Juan José Aranguren de bajar su costo de manera considerable para que las petroleras no vuelvan a ajustar nuevamente las pizarras de las Estaciones de Servicio.
Según explican las compañías, en el caso del biodiesel, les pagan a los productores casi 800 dólares por el producto vegetal y reciben 300 dólares menos por la venta de 1000 litros de gasoil sin impuestos en las expendedoras, mientras que para la nafta deben desembolsar 900 dólares para llevarse a cambio casi 600.
Contrariamente a esa visión, la industria asegura que la cuenta es bien distinta. Así se lo hicieron saber a Aranguren los directivos del Centro Azucarero Argentino (CAA), quienes le reclamaron suspender la reducción del precio para el bioetanol de caña de azúcar, que bajó un 29 por ciento. Según su presidente Fernando Nebbia, el funcionario se comprometió a revisar la información aunque por el momento no se conocen modificaciones.
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